Donde coño estás Tero. Que poco sabíamos entonces y que hippies que eramos, sin saber que era eso. Y cómo molestábamos. Eramos los últimos despojos, ramalazos rasgados, de la energía que se metió entre la piel y el hueso del mundo, y se acabó escondiendo, dolida, dentro de algunos de nosotros. A lo mejor, sin saberlo, hemos cambiado ese mundo. No por nosotros, que seguimos sin saber mucho, si no porque desde dentro, en calladito, la ola se mecía. Donde coño estas? (gracias, Ted, por las fotos)